Los parásitos externos en perros viven alrededor de su cuerpo. Según la Asociación Médica Veterinaria Americana (AVMA), en algún momento de su vida, muchas mascotas experimentan molestias causadas por parásitos externos, como pulgas, garrapatas o ácaros, en su piel o en sus oídos.

Estos parásitos pueden causar graves problemas en la piel o ser portadores de enfermedades. Los medicamentos modernos hacen que el tratamiento, el control y la prevención de muchos parásitos externos sean mucho más fáciles que en el pasado.

Pulgas
Otros parásitos externos en perros son las pulgas, pequeños insectos sin alas que se alimentan de mamíferos, incluidos los perros. Se desarrollan en climas cálidos y húmedos y pueden ser estacionales o estar activas todo el año, según la región del país.

Las picaduras de pulgas hacen que algunos perros se sientan tan mal que se muerden y se rascan en carne viva. Las pulgas pueden provocar anemia en los perros jóvenes. Además, los perros pueden infectarse con la lombriz solitaria al ingerir pulgas portadoras de huevos de lombriz solitaria.

Es posible que puedas ver a estos parásitos externos en perros correteando por la piel de tu perro. Sus lugares favoritos son la base de las orejas y la grupa. Fíjese bien en los lugares con poco pelo, como la ingle. Otra forma de diagnosticar las pulgas es separar el pelo y buscar manchas negras del tamaño de una semilla de amapola.

Estas motas son heces de pulga, compuestas de sangre digerida. Si no estás seguro de si estás viendo “suciedad de pulga” o simplemente suciedad, coloca un poco en un trozo de papel blanco húmedo. Al cabo de un minuto aproximadamente, aparecerá una pequeña mancha o halo rojo si se trata de heces de pulga, ya que la sangre se rehidrata y se difunde en el tejido.

Si ves indicios de pulgas en tu perro, es esencial que te deshagas de ellas lo antes posible, antes de que la población crezca. Las pulgas hambrientas a veces también pican a los humanos, dejando pequeñas protuberancias rojas que pican, sobre todo en muñecas y tobillos. La mejor opción es evitar que su perro se infeste de estos parásitos externos en perros utilizando un producto preventivo que le recomiende su veterinario.

Garrapatas
Las garrapatas son parásitos externos en perros que pueden causar una serie de enfermedades graves y enfermedades caninas transmitidas por garrapatas, como la enfermedad de Lyme, la ehrlichiosis y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas.

Hay más de 800 especies de garrapatas en todo el mundo, y todas se alimentan de la sangre de mamíferos, aves y reptiles. Las garrapatas pasan por cuatro etapas vitales, que pueden durar hasta tres años. Una vez que los huevos eclosionan, deben comer sangre para sobrevivir.

El Laboratorio de Diagnóstico Veterinario del Estado de Kansas informa de que, cada año, miles de perros y seres humanos se infectan con enfermedades transmitidas por garrapatas, y esa tasa está aumentando debido a la creciente extensión de las distintas especies de garrapatas, la invasión de especies silvestres en los entornos urbanos tradicionales y el aumento de los viajes de las mascotas.

La gran variación en la aparición de la enfermedad, los signos clínicos variables que presenta y la respuesta al tratamiento pueden dificultar el diagnóstico definitivo de la enfermedad específica transmitida por garrapatas.

Sugieren que un panel de detección de enfermedades transmitidas por garrapatas puede ser muy útil para identificar el tipo de infección transmitida por garrapatas. La enfermedad no se transmite entre perros y humanos; la única forma de infectarse es la picadura directa de una garrapata.

Revise a su perro en busca de garrapatas a diario después de que pase tiempo en el exterior, y siempre que vea una garrapata, quítesela inmediatamente. Lo mejor es adormecer la garrapata con alcohol o vaselina y arrancarla con unas pinzas de punta fina.

Una vez retirada, mata la garrapata metiéndola en un recipiente con alcohol. Prevenga una infestación tratando a su perro con un medicamento, un baño, un spray o un polvo recomendado por su veterinario.

Piojos y ácaros
Entre los parásitos externos en perros más pequeños están los piojos y los ácaros, organismos microscópicos que se alimentan de la piel de su perro y provocan picores, pérdida de pelo e infecciones. En general, los piojos y los ácaros son dos especies diferentes, pero funcionan y se comportan de manera muy similar.

Los piojos viven en el pelo del perro y pueden eliminarse con un insecticida utilizado para las garrapatas o las pulgas. Tenga en cuenta que los piojos del perro y los piojos del hombre son especies diferentes: los piojos del perro necesitan sangre del perro y los piojos del hombre necesitan sangre del hombre. Aunque los piojos del perro pueden picar ocasionalmente a los seres humanos, estos no sufrirán una infestación.

Varios tipos de ácaros habitan en distintas zonas del perro, y los problemas que causan se conocen generalmente como sarna.

La sarna demodéctica provoca la pérdida de pelo alrededor de la frente, los ojos, el hocico y las patas delanteras. Estos ácaros microscópicos no son muy contagiosos, aunque las madres pueden transmitirlos a los cachorros.

Los ácaros parecen en forma de enrojecimiento y descamación de la piel alrededor de la boca y los ojos, y es poco probable que piquen. Algunos casos desaparecen por sí solos, mientras que otros requieren champús especiales o medicamentos orales. Cuando un perro adulto desarrolla sarna demodéctica, suele tener otra enfermedad que compromete su sistema inmunitario.

Las otodectas o ácaros del oído son bastante comunes en los perros jóvenes. Su perro puede tener ácaros si sacude la cabeza y se rasca las orejas. También puede ver una secreción espesa de color marrón.

El rascado excesivo por parásitos externos en perros puede provocar llagas o rotura de vasos sanguíneos. Los ácaros del oído son contagiosos y pueden pasar de las orejas de un perro infectado a otros perros cercanos. Su veterinario tratará a su perro con medicación, normalmente en forma de gotas para los oídos, y con una limpieza de los mismos.

La sarna sarcóptica es muy contagiosa y afecta tanto a los humanos como a los perros. Se produce cuando los ácaros microscópicos se introducen en la piel del perro y provocan un intenso picor. La sarna suele afectar a las orejas, los codos, las patas y la cara.

Es frecuente la pérdida de pelo, las erupciones cutáneas y las costras. Los veterinarios recetan medicamentos para eliminar los ácaros, aliviar el picor y curar la piel. La limpieza cuidadosa de la cama y el entorno del perro también es fundamental.

Los ácaros Cheyletiella causan lo que se denomina “caspa ambulante” en la cabeza, la espalda y el cuello del perro. Este ácaro también provoca manchas rojas que pican en los humanos. Es poco común, pero muy contagioso y se trata recortando el pelo largo, usando insecticidas tópicos y con repetidos baños medicados.

Cómo prevenir y tratar los parásitos del perro
Cuando se trata de prevenir y tratar los parásitos externos que pueden afectar a su perro, la AVMA recomienda a los propietarios de perros

● Utilizar un tratamiento preventivo como un medicamento tópico, un collar antipulgas y garrapatas u otro método.
● Busquen pulgas, garrapatas y anomalías en el pelaje cada vez que acierten a su perro o cuando vuelvan a casa de zonas en las que es probable que haya un mayor número de estos parásitos.
● Consultar al veterinario si su mascota se rasca, mordisquea o lame excesivamente el pelaje, sacude la cabeza de forma persistente o se rasca las orejas.
● Acudir al su veterinario lo antes posible para conocer el mejor tratamiento para su perro. El tratamiento rápido de los parásitos disminuye el malestar de su mascota, reduce las posibilidades de transmisión de enfermedades y puede reducir el grado de infestación en el hogar.

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