Ganadería

LAS CAUSAS DE LA ANEMIA EN RUMIANTES SON MUY VARIADAS

Por el Ing. Zootecnista. Leonardo Gutierrez
Asesor Técnico Farmacia Ganadería – MONTANA

Los principales problemas en la crianza al pastoreo de los rumiantes incluyen el manejo erróneo de las pasturas, las ineficientes medidas de control de los parásitos, la resistencia antihelmíntica y la deficiencia de nutrientes presentes en los pastos. Esto último puede originar problemas sanitarios (Keady et al., 2016). Al menos, veintidós elementos han sido identificados como esenciales para el crecimiento y salud de los animales. Estos incluyen macroelementos y microelementos, los cuales desempeñan cuatro funciones importantes en el organismo: estructural, fisiológica, catalítica y regulatoria (Radwińska y Żarczyńska, 2014).

Se puede observar una gran variación en la incidencia de enfermedades en rumiantes y entre diferentes grupos etarios por diferentes prácticas de manejo y adquisición de nutrientes. En animales neonatos, por ejemplo, la deficiencia de hierro es más marcada debido a que solamente se alimentan de leche, que es pobre en reservas de hierro (Singh et al., 2014). Por otra parte, la deficiencia de hierro también es asociada comúnmente con pérdida crónica de sangre debido a la presencia de parásitos internos o externos, lesiones gastrointestinales sangrantes o defectos hemostáticos, lo que conduce a desarrollar anemia (Watson, 2015). La anemia en bovinos es de gran importancia debido a que causa pérdidas económicas directas e indirectas. Las pérdidas directas son debido a la mortalidad y morbilidad, las perdidas indirectas se observan en la forma de una reducida productividad (Singh et al., 2014).

Anemia en rumiantes

Por definición, la anemia es la reducción de oxígeno en la sangre. Se caracteriza por una disminución en el hematocrito, masa de eritrocitos y concentración de hemoglobina en un animal normalmente hidratado. La anemia también es definida como la concentración de hemoglobina debajo del límite inferior de referencia (Katsogiannou et al., 2018).

Hay tres causas generales de anemia: pérdida de sangre o hemorragia, destrucción o lisis de los glóbulos rojos (hemólisis) y disminución de la producción de glóbulos rojos (hipoplasia eritroide). Además, la hemorragia y la hemólisis causan una anemia regenerativa mientras que la hipoplasia causará una anemia no regenerativa (Boes y Durham, 2017). Esta clasificación es útil para determinar la causa, tratamiento y pronóstico de la anemia (Constable et al., 2017).

La anemia hemorrágica puede ser causada por endo- y ectoparásitos, síndromes que cursan con enteritis hemorrágica, úlceras abomasales, trombosis de la vena cava y lesiones del tracto genitourinario. Además, los desórdenes hemostáticos primarios y secundarios pueden ser acompañados por anemia hemorrágica (Katsogiannou et al., 2018). La anemia hemolítica es encontrada en infecciones por hemoparásitos tales como Theileria spp., Babesia spp. y Anaplasma spp. (Singh et al., 2014; Constable et al., 2017). También, las toxinas producidas por Clostridium perfringens tipo D, C. hemolyticum y Leptospira spp., producirán anemia hemolítica. Además, ciertas plantas, fármacos o metales pesados y la carencia de ciertas vitaminas y minerales pueden causar hemólisis (Katsogiannou et al., 2018). La supresión de la médula ósea se origina con la ingesta de tricloroetileno extraído de la harina de soya, la intoxicación con arsénico, el uso de furazolidona y fenilbutazona, y la deficiencia de vitamina B12 y hierro, así como por la presencia de enfermedades crónicas (Singh et al., 2014) (Cuadro 1).

Signos clínicos de la anemia en rumiantes

La anemia causa signos clínicos referidos a una disminución del pigmento rojo hemoglobina, es decir, palidez de las membranas mucosas o ictericia. Esto origina una disminución de la capacidad de transportar oxígeno expresada como depresión, letargia, debilidad, intolerancia al ejercicio, taquicardia, taquipnea, disnea. También se halla disminución de la viscosidad sanguínea captada muchas veces como un murmullo cardiaco debido a la menor cantidad de células sanguíneas. En los casos de hemorragias se puede observar epistaxis, hematuria y melena (Preston, 2015; Katsogiannou et al., 2018).

Las enfermedades crónicas que causan lesión de la médula ósea pueden manifestar una anemia leve con signos como pérdida de peso en adultos o disminución de la ganancia de peso en crías y reducción del apetito (Katsogiannou et al., 2018), pero puede ocurrir postración, convulsiones, síncope o coma con la anemia severa. La anemia es confirmada identificando una disminuida concentración de hemoglobina o una reducida concentración de glóbulos rojos (Boes y Durham, 2017).

Anemia por deficiencia nutricional

Una de las principales causas de anemia en bovinos al pastoreo es la deficiencia nutricional, debido a la carencia de minerales traza tales como hierro, cobre, selenio y cobalto, ya que los forrajes naturales raramente pueden satisfacer todos los requerimientos minerales del animal (Rahman et al., 2005). Las deficiencias también pueden resultar por la ingesta de alimento de baja calidad, absorción o asimilación disminuida en el organismo o incrementada demanda durante el crecimiento intensivo, preñez y lactación. Igualmente, los alimentos y dietas deficientes en nutrientes con un contenido mineral no balanceado perjudican el desarrollo de los animales jóvenes, disminuyen el apetito, disminuyen la absorción de nutrientes, disminuyen la inmunidad e incrementan la susceptibilidad a enfermedades (Radwińska y Żarczyńska, 2014).

En terneros neonatos, por ejemplo, la deficiencia de hierro puede ocurrir porque son mantenidos con una exclusiva dieta de leche que es pobre en hierro (Rahman et al., 2005). Sin embargo, por sí solo esto es una rara causa de anemia, aún en neonatos que sólo se alimentan de leche, a menos que sean criados en ambientes de concreto o lugares sin acceso al suelo, lo que se está volviendo común en las crianzas intensivas. En terneros y corderos de carne, y terneros de leche que son criados en pastos pobres en nutrientes se anticipa que habrá una anemia leve (Watson, 2015), debido a su rápido crecimiento y la necesidad de grandes cantidades de hierro para la producción de hemoglobina, mioglobina y otros componentes que contienen hierro (Constable et al., 2017). Al contrario, la causa más frecuente de deficiencia de hierro en terneros mayores y bovinos adultos es el parasitismo (Katsogiannou et al., 2018).

La deficiencia de cobalto en rumiantes se manifiesta con una incapacidad para metabolizar el ácido propiónico, seguida por una disminución del apetito, pérdida de peso corporal, emaciación y muerte por inanición (Rahman et al., 2005). Además, la disminución de la producción de glóbulos rojos está metabólicamente relacionada a la deficiencia de cobalto, el cual es necesario para que la flora ruminal produzca vitamina B12. La vitamina B12 actúa como cofactor esencial de varias enzimas que promueven la síntesis de glóbulos rojos. Así, una deficiencia de vitamina B12 también originará anemia (Katsogiannou et al., 2018).

La inanición o subnutrición crónica puede acentuar la anemia originada por la deficiencia de minerales. La deficiencia de cobre y selenio causa daño oxidativo en los eritrocitos, formándose los cuerpos de Heinz (Katsogiannou et al., 2018). Hay que destacar que solamente los rumiantes presentan anemia clínica debido a la deficiencia de estos minerales (Constable et al., 2017).

Anemia por parasitismo

El parasitismo puede causar diversos tipos de anemia, según sea el parásito involucrado. Un estudio realizado por Singh et al. (2014) indica que las principales causas de anemia en rumiantes fueron la infestación con endoparásitos, seguida por la infestación con ectoparásitos y hemoparásitos. Los endoparásitos suelen causar una anemia de tipo hemorrágica, debido a las lesiones que originan. Parásitos tales como Teladorsagia spp. y Ostertagia ostertagi en bovinos a nivel gastrointestinal, Fasciola hepatica a nivel hepático y Paramphistomum sp. en el abomaso de bovinos y ovinos, causan signos clínicos tales como palidez de las membranas mucosas, especialmente en la conjuntiva y debilidad progresiva que aumenta según se incrementa la pérdida de sangre. En los casos crónicos se observará hipoproteinemia que puede conducir a edema ventral y general, como ocurre en la fasciolosis crónica (Besier et al., 2016; Constable et al., 2017).

En ovinos, el endoparásito más importante es Haemonchus contortus, cuyos signos clínicos característicos tales como anemia severa, intolerancia al ejercicio y edema subcutáneo se relacionan casi enteramente a las actividades de alimentación de los parásitos adultos y las etapas larvarias. Esta enfermedad es común en corderos y cabritos que aún no son inmunocompetentes, y en borregas y cabras en lactación temprana debido a la inmunodepresión fisiológica (Besier et al., 2016).

Por otra parte, la coccidiosis también puede ocasionar anemia. Eimeria sp. causa serias lesiones principalmente en terneros de 1 mes de edad y en corderos y cabritos de 4-6 meses de edad, en condiciones de crianza intensiva con poca higiene. Factores estresantes tales como el destete, clima severo, cambios en la dieta, o manejo, pueden predisponer a la presentación de coccidiosis. Las coccidias invaden y destruyen las células intestinales del hospedero, causando anemia, pérdida de electrolitos y una pobre absorción de nutrientes. Las lesiones varían desde una hemorragia proliferativa a necrótica (Khodakaram-Tafti y Hashemnia, 2017).

En cuanto a los ectoparásitos, estos pueden causar anemia si la infestación es intensa. Los signos clínicos son similares a aquellos observados por la presencia de endoparásitos (Katsogiannou et al., 2018). Garrapatas tales como Dermacentor sp., Rhipicephalus sp., e Ixodes sp. están diseminadas en muchas partes del mundo, el cambio climático está afectando la distribución y establecimiento de éstas y las enfermedades que transmiten, tales como anaplasmosis, babesiosis y theileriosis, causadas por hemoparásitos (Stuen, 2016).

Los hemoparásitos causan una anemia hemolítica debido a que invaden los glóbulos rojos. Babesia spp., Theileria spp., y Anaplasma spp. que infecta hasta el 90% de los granulocitos en el pico de la bacteriemia (Katsogiannou et al., 2018) son los principales agentes involucrados en la llamada fiebre por garrapatas que afecta principalmente bovinos, aunque ovinos y caprinos pueden enfermar cuando conviven en el mismo rebaño con bovinos (Constable et al., 2017).

Entre los hemoparásitos más comunes, A. marginale, el agente causal de la anaplasmosis bovina, es el más peligroso ya que causa anemia, debilidad progresiva, pérdida de peso, ictericia y la muerte si el animal no es tratado rápidamente. Este es un parásito obligado que se replica dentro del eritrocito, destruyéndolo (Abba et al., 2016).

Anemia por enfermedades

Muchas enfermedades causarán anemia de forma directa o indirecta. Las enteritis infecciosas en rumiantes causadas por Salmonella spp., Clostridium perfringens tipo A o paratuberculosis, causan una diarrea con presencia de sangre (Chigerwe y Heller, 2017). Las úlceras abomasales, la hematuria enzoótica bovina, la pielonefritis, las hemorragias por tumores, el envenenamiento con plantas tóxicas y el envenenamiento crónico por cobre también causan anemia (Constable et al., 2017). Leptospira spp. causa lesiones primarias en el endotelio de los vasos sanguíneos que conducen a isquemia localizada en órganos tales como riñón e hígado. Además de la vasculitis, las hemolisinas de Leptospira spp.  han sido implicadas en la patogénesis de la anemia hemolítica que se observa (Katsogiannou et al., 2018). Corynebacterium renale y Escherichia coli en vacas pueden causar hematuria (Constable et al., 2017). La enfermedad del cordero amarillo causada por C. perfringens tipo D origina anemia hemolítica; C. hemolyticum causa hemoglobinuria en ovinos y bovinos (Katsogiannou et al., 2018).

La trombosis de la vena cava en bovinos lecheros adultos o bovinos de engorde alimentados con una dieta abundante en carbohidratos se manifiesta clínicamente por membranas mucosas pálidas, hemoptosis y epistaxis. En el caso de hematuria enzoótica bovina, la pérdida sanguínea es evidente en el tracto genitourinario por la formación secundaria de tumores en la vejiga (Constable et al., 2017; Katsogiannou et al., 2018).

La inflamación también puede causar anemia. Los mediadores inflamatorios, incluyendo interleucina 1, IL-6, interferón y el factor de necrosis tumoral, causan anemia debido a la hemólisis oxidativa, secuestro de hierro dentro de los eritrocitos y macrófagos, y pobre respuesta eritroide a la eritropoyetina. Durante la homeostasis, la molécula de transporte de membrana, ferroportina, transporta hierro desde el citosol al espacio extracelular. El hierro es utilizado en varios procesos, incluyendo la producción de hemoglobina dentro de los precursores eritroides de la médula ósea. Durante la inflamación, el hígado incrementa la producción de hepcidina, la cual se une con la ferroportina y causa su internalización y degradación lisosomal. Por lo tanto, es absorbido menos hierro de la dieta y es movilizado desde los macrófagos (Figura 2) originando alteraciones hemodinámicas (Boes y Durham, 2017).

Figura 1. La inflamación como origen de anemia

Fuente: Boes y Durham (2017).

Anemia por toxicidad

Se puede observar anemia hemolítica por consumo de plantas tóxicas tales como cebollas, ajos, brocoli, col. También se ha reportado anemia por el uso excesivo de oxitetraciclina, ya que penetra en la célula, reduciendo el número de eritrocitos y la concentración de hemoglobina. Igualmente, se ha reportado anemia hemolítica por metales pesados tales como el cobre, zinc y arsénico (Katsogiannou et al., 2018).

Rol de los micronutrientes en la resolución de la anemia

Hierro. Desempeña varias funciones, tales como el transporte de oxígeno y su almacenamiento, regula la fagocitosis y la producción de inmunoglobulinas, participa en la respuesta inmune a través de enzimas que contienen hierro. Las mayores concentraciones de hierro son halladas dentro de los eritrocitos en forma de hemoglobina, seguida por las enzimas respiratorias porfirinas, ferritina, mioglobina y los citocromos (Radwińska y Żarczyńska, 2014). La concentración de hemoglobina en la sangre de animales saludables está entre 100 a 140 mg/L. La hemoglobina transporta oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos periféricos, y CO2 y protones desde los tejidos periféricos hacia los pulmones para la excreción (Figura 2) (Preston, 2015; Wu, 2018).

Figura 2. Importancia de los glóbulos rojos en el intercambio gaseoso dentro de los pulmones.
1) Capilar pulmonar, 2) Neumocito tipo I, 3) Neumocito tipo II, 4) Sustancia surfactante.

Fuente: Preston (2015).

Cobalto. Es el componente estructural más importante de la vitamina B12, necesaria para la maduración de los eritrocitos (Rahman et al., 2005). Además, cataliza reacciones bioquímicas en varias vías metabólicas, incluyendo la hidratación, hidrogenación y desulfuración. Este elemento participa en la biosíntesis de los ácidos nucleicos y estimula la producción de eritropoyetina en los riñones, requerida para la eritropoyesis en el organismo. También es esencial para el óptimo funcionamiento y desarrollo de la microflora ruminal (Radwińska y Żarczyńska, 2014).

Nicotinamida. Es un componente de la nicotinamida adenin dinucleótido y la nicotinamida adenin dinucléotido fosfato, coenzimas de muchas enzimas oxidoreductasas involucradas en el metabolismo de los carbohidratos, ácidos grasos, cuerpos cetónicos, aminoácidos y alcoholes (Wu, 2018). La deficiencia de nicotinamida causa principalmente pelagra, una enfermedad caracterizada por severa dermatitis y costras fisuradas, diarrea y depresión (Wu, 2018).

Cianocobalamina. La vitamina B12 o cianocobalamina es sintetizada exclusivamente por microorganismos, no por células animales. Así, esta vitamina no es necesaria en la dieta de los rumiantes, si ellos consumen suficientes cantidades de cobalto (Wu, 2018). También participa en la actividad de la metionina sintetasa, la metil-malonil-CoA mutasa, la síntesis de ADN, la división celular y la formación de nuevos eritrocitos (Watson, 2015).

ATP. Es una fuente universal de energía. Después de ser liberado por las células actúa como una señal primaria involucrada en el control de numerosos mecanismos fisiológicos y patológicos, tales como la neurotransmisión, neuromodulación, desarrollo, envejecimiento, control de la secreción hormonal y función normal del hígado y los riñones (Dou et al., 2017). En 1968, Mills et al. describieron un caso de anemia hemolítica por bajo contenido de ATP en los eritrocitos. Las enfermedades o alteraciones metabólicas que causan una falla en el mantenimiento o producción de ATP en las células producirán muerte celular, incluyendo las células sanguíneas (Mills et al., 1968).

Tratamiento para casos de anemia en rumiantes

Además de asegurar que los animales están libres de parásitos y enfermedades, se recomienda la suplementación de vitaminas y minerales, en especial en zonas donde los pastos son deficientes en nutrientes (Constable et al., 2017). Se ha demostrado que la suplementación nutricional causa una respuesta positiva a la resistencia a los parásitos hematófagos (Besier et al., 2016). Abba et al. (2016) recomiendan el tratamiento adyuvante con cianocobalamina, hierro, nicotinamida y cobalto para optimizar y apresurar la corrección de la anemia. También, la administración de productos que favorecen la formación de eritrocitos y la producción de hemoglobina pueden ayudar a combatir la anemia (Rahman et al., 2005). Si la anemia es causada por una enteritis infecciosa, se debe administrar una terapia de fluidos y además corregir la pérdida sanguínea y de proteína (Chigerwe y Heller, 2017).

HEMATOTAL®ATP

HEMATOTAL®ATP combina minerales, vitaminas, aminoácidos y otros complejos energéticos que intervienen en el mejoramiento de las funciones vitales del animal, permitiendo su rápida recuperación. El aporte adicional de ATP constituye una fuente inmediata de energía. Cada 100 ml de HEMATOTAL contiene 0.05 g de acetato de cobalto, 2 g de citrato férrico amoniacal, 0.1 g de adenosín trifosfato (ATP), 3 g de cacodilato de sodio, 0.5 g de histidina HCl, 0.25 g de triptófano, 1 g de metionina, 1 mg de vitamina B12, y 10 g de nicotinamida.

Vía de administración y dosis

HEMATOTAL®ATP se administra por vía intramuscular, subcutánea o intravenosa a un volumen de aplicación que varía de acuerdo con la especie y/o según criterio del Médico Veterinario. Bovinos y equinos 0.8 ml cada 20 kg de peso; terneros, potrillos y ovinos: 1.4 ml cada 20 kg de peso; porcinos, caprinos y camélidos sudamericanos: 1.2 ml cada 20 kg de peso; caninos: 1 ml cada 10 kg de peso; y gallos de pelea: 0.5 ml/ ave. De ser necesario la dosis puede repetirse por 3 días consecutivos. Consulte con su Médico Veterinario.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Abba Y, Jesse FFA, Sadiq MA, Ibrahim HH, Chung ELT, Bitrus AA, Lila MAM, Hambali IU. 2016. Clinical management and gross pathological findings of a severe anaplasmosis in a dairy cow. J Adv Vet Anim Res 3(2): 195-199. doi: 10.5455/javar.2016c150
  2. Besier RB, Kahn LP, Sargison ND, Van Wyk JA. Diagnosis, treatment and management of Haemonchus contortus in small ruminants. Adv Parasit 93: 181-238. doi: 10.1016/bs.apar.2016.02.024
  3. Boes KM, Durham AC. Bone marrow, blood cells, and the lymphoid/lymphatic system. En: Zachary JF, ed. Pathologic basis of veterinary disease. 6ª ed. Missouri: Elsevier. p 724-804.
  4. Chigerwe M, Heller MC. Diagnosis and treatment of infectious enteritis in adult ruminants. Vet Clin North Am Food Anim Pract 34(1): 119-131. doi: 10.1016/j.cvfa.2017.10.004
  5. Constable PD, Hinchcliff KW, Done SH, Grünberg W. 2017. Veterinary medicine. A textbook of the diseases of cattle, horses, sheep, pigs, and goats. 11ª ed. Missouri: Elsevier. p 728-736.
  6. Dou L, Chen Y-F, Cowan PJ, Chen X-P. 2017. Extracellular ATP signaling and clinical relevance. Clin Immunol 188: 67-73.
  7. Katsogiannou E, Athanasiou L, Christodoulopoulos G, Polizopoulou Z. Diagnostic approach of anemia in ruminants. J Hell Vet Med Soc 69(3): 1033-1046. doi: 10.12681/jhvms.18866
  8. Keady TWJ, Hanrahan JP, Fagan SP. Cobalt supplementation, alone or in combination with vitamin B12 and selenium: Effects on lamb performance and mineral status. J Anim Sci 95: 379-386. doi: 10.2527/jas2016.0825
  9. Khodakaram-Tafti A, Hashemnia M. 2017. An overview of intestinal coccidiosis in sheep and goats. Revue Méd Vét 167 (1-3): 9-20.
  • Mills GC, Levin WC, Alperin JB. Hemolytic anemia associated with low erythrocyte ATP. Blood 32(1): 15-32.
  • Preston RR. Lippincott illustrated reviews flash cards – Physiology. Filadelfia: Wolters Kluwer. 416 p.
  • Radwińska J, Żarczyńska K. 2014. Effects of mineral deficiency on the health of young ruminants. J Elem s 915-918. doi: 10.5601/jelem.2014.2.620

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *