Problemas y soluciones de usar estiércol como fertilizante

El estiércol vacuno es inherentemente alto en fósforo. Sin embargo, hay algunos problemas con la aplicación excesiva de fósforo a la tierra. En este artículo analizaremos problemas y ofreceremos soluciones al uso de estiércol de ganado vacuno como fertilizante.
¿Para qué sirve el estiércol?
El estiércol producido por cualquier operación ganadera tiene un enorme valor fertilizante. Cuando consideramos fertilizar cultivos, el nutriente más caro (por unidad) que necesitan nuestros cultivos es el fósforo (P).
Para el productor de carne, la buena noticia es que el estiércol de la mayoría de los ganados contiene P en exceso, mucho más de lo que los cultivos necesitan. Si bien el exceso de fósforo presenta un desafío en el manejo de nutrientes que los productores deben reconocer, algunas de las razones por las cuales este elemento en el estiércol del ganado excede lo necesario para los cultivos pueden remediarse fácilmente.
Por ejemplo, el fósforo (P) es el segundo elemento mineral más abundante que se encuentra en el cuerpo de los animales y es absolutamente esencial en casi todas las reacciones metabólicas.
Por esta razón, los nutricionistas tienden a formular raciones con niveles de P por encima de las recomendaciones del Consejo Nacional de Investigación (NRC, por sus siglas en inglés). Por lo tanto, las raciones para el ganado a menudo contienen un exceso de fósforo en comparación con los requerimientos.
Hay muchas razones por las cuales los nutricionistas agregan estas “pólizas de seguro de P”, que incluyen:
- Agregar márgenes de seguridad para tener en cuenta las variaciones en las necesidades de los animales a lo largo del corral, la concentración de P en los alimentos, la precisión en la entrega de alimentos y la gestión del comedero.
- Considerar problemas de disponibilidad de P.
- Buscar mejoras en la reproducción.
Estas pólizas de seguro abordan algunos de los desafíos al formular para cumplir con los requisitos de P del ganado.
Por ejemplo, existe una considerable variación en las concentraciones de P tanto en los concentrados como en los forrajes. En general, los cereales tienen uniformemente más P que los forrajes, con ingredientes derivados (como los residuos de trigo) y las harinas de oleaginosas (como la harina de soja) siendo especialmente altos en fósforo.
Los forrajes tienden a ser más variables que los cereales en cuanto a la concentración de este elemento y, debido a esto, no se debe confiar en los valores de referencia como una fuente precisa de información. Los productores y los nutricionistas deben formular raciones basadas en los resultados de análisis de alimentos. Probar los ingredientes y ajustar las raciones en consecuencia puede ayudar a asegurar que los animales reciban los nutrientes en las cantidades adecuadas.
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Otro desafío alimenticio para muchos productores de carne de res es que es posible que no tengan suficiente ganado en la operación para justificar la orden de una mezcla mineral a granel.
Muchos minerales para ganado bovino envasados están formulados de manera genérica para satisfacer las necesidades de todas las clases. La mayoría de nosotros alimentamos a las vacas y a los animales de engorde de manera bastante diferente.
Debido a las diferencias inherentes en las concentraciones de fósforo (P) en los cereales y los forrajes discutidas anteriormente, a menudo terminamos alimentando en exceso de manera significativa con P a los animales de engorde que estamos tratando de finalizar eficientemente con una dieta basada en granos utilizando estos minerales genéricos para ganado bovino.
Los animales de engorde que consumen dietas basadas en granos suelen ingerir P en exceso con respecto a sus requerimientos de todas maneras y necesitan poco o ningún P suplementario.
Las consecuencias de alimentar en exceso con P se traducen en un mayor contenido de fósforo en el estiércol. Las preocupaciones ambientales con respecto a este mineral han obligado a reevaluar los niveles necesarios en las dietas del ganado bovino.
Ajustar las raciones en función del contenido del fósforo puede afectar significativamente la excreción en el estiércol. La forma más efectiva de reducirlo en el estiércol es alimentar con menos fósforo. Formular raciones para satisfacer los requerimientos de este mineral de los animales y no excederlos debería ser el objetivo principal del productor y el nutricionista.
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El objetivo principal al implementar buenas prácticas de manejo de alimentos es reducir el fósforo (P) en el estiércol y, por lo tanto, la cantidad que se aplica al suelo. La razón por la cual el fósforo en el suelo aumenta es porque en muchas áreas de producción intensiva de ganado, normalmente se aplica estiércol a tasas diseñadas para satisfacer los requerimientos de nitrógeno de los cultivos o para controlar los costos de esparcir el estiércol.
Existe una discrepancia entre el contenido de nutrientes del estiércol y las necesidades de nutrientes de los cultivos. Además, cuando se aplica este elemento a tasas que superan las necesidades de los cultivos, permanece donde se aplica.
Una vez que los niveles de P disponible se han acumulado, disminuyen lentamente después de que se detienen las aplicaciones de estiércol. Estudios han demostrado que, sin aplicaciones adicionales, se necesitan de 10 a 20 años de producción de maíz o soja para reducir los niveles de P disponible en el suelo (Mehlich-3) de 150 ppm a niveles umbral agronómicos de 20 ppm.
La mejor práctica de manejo debería ser evaluar su estado de manera específica en cada campo y aplicar estiércol solo para mantener niveles óptimos de P. La buena noticia es que existe la posibilidad de reducir los costos de las raciones reevaluando el programa de minerales y alimentando con P específicamente para satisfacer las necesidades del animal, en lugar de en exceso. A menudo, el P es el nutriente más caro en la ración del ganado.
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Artículo citado y traducido de: Extension.psu
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