El Consejo Nacional de Investigación (NRC, por sus siglas en inglés) enumera los requisitos de vitaminas A, D y E en su séptima revisión de “Requerimientos de nutrientes del ganado lechero”, publicado en 2001. La D suplementaria se enumera como 21,000 UI por día para Holstein, 13,500 UI para Jersey, con la mayor parte de la suplementación proveniente de la fuente D3 (colecalciferol).
Beneficios de la vitamina D en vacas en transición
La vitamina D es responsable de la homeostasis del calcio y el fósforo en las vacas en transición, con funciones positivas en la absorción de minerales y la deposición ósea, y en la conservación del calcio y el fósforo en los riñones.
Hay mucho en juego: el 98 por ciento del calcio del cuerpo se almacena en el esqueleto, y las vacas necesitan movilizar este calcio de los huesos de manera oportuna para apoyar la producción de calostro y leche, para suministrar calcio para la función nerviosa y muscular, y para mantener su salud durante la fase de transición. Una cantidad adecuada de vitamina D favorece la absorción de calcio de la ración, el almacenamiento en el esqueleto y la retención a lo largo del tiempo.
¿Existe una brecha de calcio?
Puede haber. Las vacas lecheras de alta producción realizan importantes ajustes metabólicos en la fase de transición para poder apoyar una lactancia rentable. Gracias a las prácticas modernas de manejo, como el control de la diferencia de aniones catiónicos en la dieta (DCAD) y el manejo mineral estratégico de los forrajes y otros ingredientes de las raciones, la aparición de fiebre de la leche clínica es rara, especialmente en las vacas más jóvenes.
Sin embargo, la incidencia de fiebre de leche subclínica (y clínica) aumenta con la edad y el número de lactancias. La mayoría de las vacas mayores de alta producción movilizan suficiente calcio de su esqueleto en la lactancia temprana que experimentan hipocalcemia subclínica y luego no pueden recuperar su almacenamiento de calcio esquelético para el resto de la lactancia.
Fuentes de vitamina D
Las vacas que no reciben suplementos obtienen la mayor parte de su vitamina D del ergocalciferol (D2) de origen vegetal o de la exposición de la piel a la luz solar, que convierte el colesterol en 7-dehidrocolesterol, un precursor de D3. Las principales fuentes complementarias incluyen D3 y, recientemente, como nueva fuente, 25-OH D3.
Como prohormona, la D3 debe activarse primero mediante un paso de hidroxilación en el hígado a 25-OH D3, y luego mediante un segundo paso en el riñón a la forma de hormona activa: 1,25-OH2 D3. En el torrente sanguíneo, el 25-OH D3 es el principal metabolito circulante de la vitamina D, y ahora también se puede alimentar directamente. Además del riñón, muchos tejidos pueden utilizar el 25-OH D3 para sintetizar el activo 1,25 -Forma OH2 D3, incluido el epitelio intestinal, las células vasculares, los músculos y las células inmunitarias.
Plan de acción
• Consulte con su nutricionista para asegurarse de que la ración de las vacas secas y lactantes contiene la cantidad adecuada de vitamina D.
• Deben vigilarse estrechamente varias estrategias de acercamiento, incluida la DCAD u otras técnicas de movilización del calcio, para evitar la hipocalcemia.
• Para evitar una brecha de calcio, discuta con su nutricionista las estrategias de suplementación de calcio y vitamina D a largo plazo, especialmente para las vacas más viejas.

Este artículo ha sido escrito por Mark Engstrom y publicado originalmente en DSM.